lunes, 2 de abril de 2012

Polémico retorno de Balaguer en 1986

Los votos nulos y observados superaban la diferencia entre los candidatos
Escrito por: Loyda Peña (l.pena@hoy.com.do)
En 1986, el ex Presidente Joaquín Balaguer regresó al poder en unos comicios sobre los que todavía se discute.
Luego de ocho años fuera del poder que ostentó durante tres períodos consecutivos y cuando nadie lo esperaba,  el doctor Joaquín Balaguer, ciego y con casi 80 años de edad, surgió como el ave Fénix  en 1986 y se abrazó nuevamente a la presidencia de la República para su cuarto mandato gubernamental, en unas elecciones que 25 años después todavía muchos dominicanos no saben a ciencia cierta quién las ganó.

El autoritarismo, la represión política, la austeridad y otros elementos que caracterizaron “los 12 anos”, fueron la punta del “iceberg” para  Balaguer  cuando en 1978 intentó buscar una nueva reelección en unos comicios que ganó  Antonio Guzman Fernández, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y  también en las del  1982, donde fue electo presidente Salvador Jorge Blanco, de la misma organización política.

Para las elecciones de  1986, el Gobierno de Jorge Blanco, quien en 1982  encontró el país en una crítica situación económica,  finalizando su período  entró en decadencia  tras  firmar  con el Fondo Monetario Internacional (FMI) e implementar una política de austeridad que generó más descontento en la población, ya  frustrada por el incumplimiento de las promesas de mejoría que le habían hecho los dos gobiernos del PRD.

Esa inconformidad llegó a su “clímax” en abril del 1984, y se puso de manifiesto con una “poblada” donde hubo decenas de muertos, aun sin cuantificar.

Con ese fardo a cuestas, más las denuncias de corrupción gubernamental; su enfrentamiento Gobierno-Congreso, donde era mayoría, y envuelto en   la peor crisis interna, llegó el PRD a los comicios del 16 de mayo del 1986.

El “Concordazo”.  Fue  el comienzo de la premonición de  José Francisco Peña Gómez cuando pronunció aquella famosa frase  de que “Sólo el PRD vence al PRD”.
La Convención del 24 de noviembre de 1985   para elegir la candidatura presidencial que se disputaban Majluta y  Peña Gómez,  quienes  a lo interno del PRD formaron los grupos de apoyo “La Estructura” y el “Bloque Institucional”,  adicional a la tendencia “Jorgeblanquista”  que objetaba a Majluta en retaliación por la oposición que desde la presidencia del Senado le hizo al Gobierno, terminó como “la fiesta de los monos”.

En medio del conteo de los votos, un centro  instalado por el PRD en el Hotel Dominican Concorde de esta Capital, se armó una trifulca que obligó a suspender el  cómputo y en la que resultó una persona muerta y varias heridas. A ese  incidente se le llamó “El Concordazo”. Fue  después de un mes que  Jorge Blanco, Pena Gómez y Majluta firmaron el “Pacto la Unión”, en el que se reconoció la victoria de Majluta,  a Peña Gómez se le ofreció la candidatura  vicepresidencial y la rechazó para asumir la dirección del PRD, con Hatuey Decamps como secretario general.

Campaña  feroz y denigrante.  Completadas las candidaturas  de los tres partidos mayoritarios, por el PRD,  Majluta- Nicolás Vargas;  PRSC, Balaguer-Carlos Morales Troncoso, y PLD, Bosch-José Joaquín Bido Medina,  se inicio una de las campanas electorales más agresivas, denigrantes y represivas  de los últimos 30 anos.

 “!Cuiden la cartera que Jacobo se la lleva!”; “!Juan Bosch ni mató ni robó porque el tiempo no le dio!”; y “! Balaguer ta ciego y Juan Bó   ta loco” , eran parte de las consignas que se vociferaban durante la campana.

Todo eso mantenía caldeado  el ambiente electoral,  por lo que fue necesario   ordenar el retiro de alguna publicidad televisiva; hubo  amenazas de muerte contra periodistas y productores de televisión,  y se suspendieron los programas “Cuarto Poder”, de Miguel A. Hernández, y “Hablemos Claro”, del diputado perredeista Miguel Ángel Velázquez Mainardi.

Desarme de militancia. Los constantes enfrentamientos entre  manifestantes, principalmente perredeístas y reformistas, en marchas, caravanas y bandereos, hicieron que la Junta Central Electoral (JCE), presidida por Caonabo Fernández Naranjo, dipusiera  el desarme de la militancia de ambos partidos. Balaguer protestó la medida diciendo que sólo se estaba desarmando a los reformistas, con lo cual advirtió, el Gobierno estaba  creando “una situación explosiva” que podría llevar al país a la frustración del proceso democrático.

El 3 de mayo  las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional emitieron un comunicado advirtiendo  a quienes traten de vulnerar el orden legalmente establecido, y  más tarde allanaron la residencia del ex general Luis Ney Tejada Álvarez, presidente del PNVC, donde incautaron un arsenal de pertrechos militares, según una crónica de la Revista 1Ahora!

Asi las cosas, Jorge Blanco,   Balaguer y   Majluta  firmaron un pacto para evitar la violencia entre sus correligionarios. Bosch no lo hizo alegando que el PLD no era culpable de esas agresiones, y acusó  al PRD y al PRSC de orquestar un fraude electoral.

Consignas y promesas.  Mientras todo eso ocurría, Maljuta, Balaguer y Bosch recorrían el país haciendo promesas. “Con Jacobo ganamos todos”. Así se promovía el candidato del PRD, acusado por opositores  de corrupto.  Prometía enfocar su gobierno  en el fortalecimiento de las instituciones democráticas, y reformar el sistema tributario simplificando los impuestos, entre otras cosas.

“Balaguer prometió y dio”, era la consigna de los reformistas, a quienes sus opositores le enrostraban los crímenes cometidos durante los 12 anos. Balaguer prometía hacer un gobierno de conciliación nacional y  garantizar y respetar los puestos de los empleados públicos.

 “Juan Bosch, un presidente que ni mató ni robó” era el slogan de los peledeistas,   en alusión a Majluta y Balaguer. Bosch prometía gobernar con el sector privado, no afectar los intereses norteamericanos en el país, y bajar los precios de los combustibles.

Las encuestas.  El 2 de mayo la Gallup, sucursal de España, publicó en un diario nacional un muestreo donde Balaguer  figuraba con el 39.27% de las preferencias. Otro dado a conocer en la misma fecha por la firma Penn and Shoen, de Nueva York, daba a Majluta  un 40%; a Balaguer  32%, y a Bosch un 18%


El 14 de mayo, dos días antes de las elecciones, se publicaron dos encuestas: una de la Gallup Internacional, en la que de 1,013 electores consultados,  el   40.10% favorecía al PRSC;  29.05% al PRD;  26.40% al PLD; y la  otra realizada por la firma Servicios Técnicos Asociados, que de una muestra de 3,000 electores, le daba a Majluta 40.2%,;  Balaguer  26.1%; y a  Bosch 18.1%;   según datos de la obra  “Historia  de las Elecciones en la República Dominicana”, de Sandino Grullón.

Día de las elecciones.  El 16 de mayo  fue viernes. La JCE abrió 6,024 colegios electorales a nivel nacional para un total de   3 millones 039 mil 347 ciudadanos inscritos en el padrón. Los partidos concurrentes  fueron  PRD, PRSC, PLD,    Demócrata Nacional (PDN),  Comunista Dominicano (PCD), Nacional de Veteranos y Civiles (PNVC), Popular Cristiano (PPC), Fuerza Nacional Progresista (FNP), Quisqueyano Demócrata (PQDC), Unidad Democrática (UD); , Movimiento de Conciliación Nacional (MCN),  Partido de  Acción Cristiana (PAC), Bloque Institucional (BIS) y La Estructura. Los últimos fueron aliados a los 3 primeros.    

Cómputos y objeciones a JCE generan crisis electoral
Debido  al descrédito en que había caído la JCE en procesos anteriores, Balaguer solicitó a Jorge Blanco nombrar una comisión que supervisara  los comicios. El  12 de mayo se creó la Comisión de Asesores Electorales, presidida por los monseñores Nicolás de Jesús López Rodríguez y Agripino Nuñez Collado; José Miguel Bonetti, Rafael Herrera, Alejandro Grullón, Nicolás Pichardo, Luis   Taveras, Rafael Calventi, y Frank Moya Pons, como secretario.

Cómputo electoral
En la madrugada del  17  la JCE emitió su primer boletín con  unos 278,000 votos de 833 mesas electorales  que daban una ventaja a Majluta  de apenas 45 votos. En el boletín 22, con 5,420 (89.5%) mesas computadas,  25,901 votos nulos y 75,851 observados,  el  PRSC y sus aliados  acumulaban  781,902 votos, y  el   PRD y aliados  747,924, para una diferencia de  33,978 sufragios a favor del PRSC. Los votos del  PLD totalizaban   345,745 ; FNP 5,882; PDN, 1,078, y el PCD 4,000, y el conteo  se hizo lento. En esas circunstancias, el PRSC se declaró ganador. 

Majluta y el PRD protestaron y pidieron a las Juntas Electorales asegurar los votos nulos y observados que en total sumaban 101,752,  y que según él, decidirían el ganador de los comicios. Argumentando que fueron engañados, recusaron al presidente de la JCE  y al suplente Rubén Suro;  ambos fueron sustituidos por sus respectivos Suplentes, Ponciano Rondón Sánchez y  Generoso Fernández Molina.

Diversos sectores demandaban respeto a la voluntad popular; en las calles se reforzó la  vigilancia militar , y en medio de la crisis  Majluta se reunió con Balaguer y acordaron designar nuevos miembros en la JCE.

Se convocó al Senado de urgencia y no decidieron nada; la Comisión  Asesores amenazó con no volver a la  JCE hasta que no quitaran a  Rondón Sánchez, a quien  se le prohibió utilizar la cadena de transmisión  “La Voz de la Junta”, le pidió la intervención del presidente Jorge Blanco, y los recusados fueron reintegrados.

El conteo reinició y  el boletín 26, faltando  77 mesas,  dio una ventaja a Balaguer de 43,226 votos. Habían  28,545  observados y  84,210 nulos, según el boletín.

Majluta cede
“Si no hay una solución ante el problema de la JCE que permita que se establezca la verdad en cuanto a la voluntad popular… estoy dispuesto a declarar al doctor Balaguer ganador de las elecciones, porque no voy a permitir que se pierda la institucionalidad de la nación”, declaró Majluta antes de  ir donde Balaguer y reconocer el triunfo del PRSC.

Olivares quiere JCE regule uso de recursos

El doctor Eddy Olivares, miembro de la JCE, quiere que este martes el Pleno del organismo discuta el uso de los recursos públicos en la campaña
Escrito por: LOYDA PEÑA ( l.pena@hoy,com.do)
Eddy Olivares, miembro titular de la Junta Central Electoral (JCE), solicitó ayer al presidente de ese organismo, Roberto Rosario, la aplicación del artículo 47 de la Ley 275-97, a fin de controlar el uso de recursos ilegales y garantizar la equidad y la transparencia durante la campaña.

En una comunicación pidió que el tema sea sometido a discusión en la sesión del Pleno convocada para mañana martes.
Dijo que hace la solicitud  “dada la falta de voluntad reflejada por nuestro órgano para reglamentar la campaña electoral a pesar de la potestad que nos da en ese sentido el artículo 212 de la Constitución”.
Afirma que ante el mandato de la Carta Magna la JCE  “no tiene justificación alguna para escudarse en la falta de voluntad de los legisladores y del liderazgo político para no garantizar la equidad y la transparencia en el actual proceso electoral”.

 Artículo 47. Señala que este extenso artículo  47 está conformado por tres párrafos  referentes a los actos de cooperación, asistencia o contribución económica a los partidos, que él considera conveniente abordar y comentar por separado para lograr una mejor comprensión de su contenido.
  “Ante la lamentable realidad de que son muy escasas las posibilidades de que se reglamenten la propaganda y el uso de los recursos en la campaña, a pesar de que para esos fines sometí oportunamente un proyecto al Pleno, considero  prudente requerir que nuestro órgano se aboque a darle cumplimiento de manera efectiva al Art. 47 de la Ley Electoral No. 275-97, debido a que al regular el uso de los recursos económicos en las campañas electorales, incide además en la propaganda y el uso de los medios de comunicación”, puntualiza  en su comunicación Olivares. 

Zoom
JCE no hace nada
Olivares deploró que después de  41 días de  la Proclama Electoral, la JCE no  ha hecho ningún esfuerzo para evitar el uso de los recursos del Estado y los ayuntamientos en violación de esta disposición legal, pese a que se ha visto en  televisión y prensa escrita  inauguraciones de obras públicas  que se convierten en actos  proselitistas.