domingo, 12 de mayo de 2013

“La sociedad dominicana vive en formol”, relatos de una ciudadana atropellada

“Ah pero yo pensaba que usted los conocía” exclamó la agente para tapar su negligencia. “yo le pedí la licencia pero él no me la quiso dar” prosiguió la mujer, demostrando mayor falta de profesionalidad

 SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El pasado jueves 9 de mayo la antropóloga Amanda Castillo Levison fue atropellada por un chofer de carro público que transitaba en vía contraria ante los ojos de una agente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), quien no hizo nada para asistirla.

Con un sentimiento de impotencia reflejado en sus ojos y voz, la señora Amanda contó a reporteros de Acento.com.do los momentos de angustia que vivió por la negligencia de una agente de la AMET.
Eran las 8:00 de la mañana cuando Amanda salía de misa de la Capilla de la Nunciatura Apostólica ubicada en la avenida Máximo Gómez esquina Cesar Nicolás Penson, cuando al momento de cruzar la calle los carros que iban en dirección sur- norte estaban detenidos por la luz roja del semáforo.

Cruza esa primera parte y se percata que en la dirección norte- sur la calle está desolada por un bloqueo de tránsito un poco más arriba, se dispone a continuar, “no había dado dos pasos cuando sentí un fuerte golpe y vi todo negro”, indicó.
Un chofer de carro público salió de la fila de espera y quiso avanza en contra vía encontrándose con la señora, atropellándola al instante, mientras una agente de la AMET permanecía en la esquina sin hacer nada.
Cuando recuperó el conocimiento, Castillo sólo pidió ser llevada a la Clínica Abreu, recuerda que la agente de tránsito se acercó y sólo le pidió al chofer del carro público los documentos.

El chofer y un señor que le acompañaba, trasladaron a Amanda hasta la clínica, donde después de mucho intentar ser asistida recibió atención “cuando llegó un amigo mío con una tarjeta de crédito negra con estrella dorada, porque antes yo no importaba porque no andaba ni siquiera con cédula, será que tendrán que hacer tarjetas en forma de dije para uno las cuelgue y ser atendido”, expresó al mismo tiempo que mostraba los golpes producto del accidente.
El chofer del carro público le preguntó a quien momentos antes había atropellado y permanecía convaleciente, “¿Y usted me quiere matar es?” y abandonó a la víctima en el centro de salud.
Dos días después, hoy sábado 11, Amanda volvió al lugar donde fue atropella para buscar información del hombre que conducía el automóvil y poder proceder judicialmente.
La persona encargada de velar por el tránsito en esa zona no pudo dar ninguna información porque no tomo los datos del choque ni reportó el incidente.

“Ah pero yo pensaba que usted los conocía” exclamó la agente para tapar su negligencia. “yo le pedí la licencia pero él no me la quiso dar” prosiguió la mujer, demostrando mayor falta de profesionalidad.
“El día anterior yo había puesto en circulación mi libro, Reforma del Estado Dominicano 1996-2012, que habla de eso mismo, del desorden institucional que hay en este país, y me sentía tan feliz que fui a dar gracias a Dios por tanta felicidad para que una agente de la AMET me diga que ella creyó que yo conocía a quien me atropelló”, narró la antropóloga tratando de contener las lagrimas.
La también docente de varios centros académicos nacionales e internacionales considera que en la República Dominicana los impuestos se pagan para que una agente de AMET sólo abra paso al presidente de la República y no para dar respuesta inmediata a la sociedad.

Entiende que los organismos estatales no cumplen con su función y están dejando la brecha abierta para que en poco tiempo las tasas de delincuencia en la nación se disparen a los niveles más altos.
Afirma que la sociedad dominicana está anestesiada ante las problemáticas sociales existentes y venideras, “vivimos en formol y nadie hace nada”.
Amanda recuerda como hace años luchó contra la resistencia a una sociedad inerte, contactó a hoy altos funcionarios, creo actos, convocó a manifestaciones y protestas en contra de lo que visualizaba como una sociedad descompuesta y “nadie me escuchó”.
Hoy se considera víctima de todo por lo que antes luchó y se niega a vivir en un estado de inconsciencia social y gubernamental.
Castillo asevera que si en el país se reúne el dinero de multas a las personas que transgreden las leyes el déficit fiscal se concluye en menos de 15 días.

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